A ella le gustaba porque su generoso corazón le indicaba que de esa forma podía ayudar a la gente humilde de su barriada. Tenía su domicilio por calle Lavalle, casi a mitad de cuadra, entre las calles Colón y San Luis de mi entonces pueblo de Santa Lucía. El radicalismo por esos tiempos estaba dividido en dos sectores; uno liderado por frondizi (ucri) y el otro sector, por balbín (ucrp), por eso doña Cleofe dejaba bien en claro que élla era “caudilla del dr.”, porque en santa lucía, el dr. Juan Ramón Gómez era jefe de los radicales del pueblo. Esto ocurría por el año cincuenta y siete, durante la campaña electoral que al año siguiente consagraría al Dr. Arturo Frondizi, como presidente de la nación. Por eso el poema se llama:
“LA CAUDILLA DEL DOCTOR”
Siempre mascando tabaco, la caudilla del doctor
se anunciaban elecciones y su campana de bronce
colgada de un guayacán llamaba a todos los niños
para tomar refrigerio en el sombreado zaguán.
Era por calle Lavalle, entre Colón y San Luis
alfombra de verde césped y techo de cielo azul
alaridos, carcajadas, empanadas, bocaditos
y por la fronda tupida apenas filtraba el Sol.
Querida por los vecinos, muy rectoras sus palabras
doña Cleofe era prolija y de noble corazón
generosa como nadie, nada quería guardar
regalaba hasta su azúcar a la hora de ayudar.
Era férrea militante del partido radical
y se jactaba diciendo soy caudilla del doctor
pero su alma bondadosa no distinguía colores
era tan pura y tan blanca como una flor de azahar.
Por qué será que en la vida hay pocas doña Cleofe
y no importa que militen en el rojo o el añil
tienen ganadas la gloria y el amor de la barriada
la eterna gracia Divina y el cielo de azul turquí.
JUAN DUARTE-SANTA LUCÍA.
Publicado por Juan Duarte en su cuenta de Facebok
