Tiempo Santa Lucía

22 mayo 2015

Festejos por el día de Santa Rita


Fieles a la fe católica festejaron en la jornada del viernes el día de Santa Rita de Casia. Se efectuaron celebraciones en diversos puntos de la ciudad, donde existen imágenes de esta santa católica.

Se realizaron festejos en  la plaza del barrio Santa Teresita, lugar donde se encuentra una imagen de Santa Rita. En este lugar se ofreció locro, chocolate y facturas a los vecinos del barrio, gracias a la colaboración de muchas personas que colaboraron desinteresadamente.

Otro de los lugares en Santa Lucía donde se realizan festejos a Santa Rita es el hogar de la familia Casafuz en el barrio Santa Catalina, y en el hogar de la familia Aranda, la cual se encuentra por calle Placido Martínez al 900.


Rita nació en la aldea de Rocca-Porena, 5 km al oeste del pueblo de Cascia (provincia de Perugia, región de Umbría) en 1381 y falleció el 22 de mayo de 1457.

Nació de padres mayores. A pesar de que quería ser monja, cuando tenía 14 años de edad sus padres la casaron con un hombre del pueblo llamado Paolo Mancini. Su esposo le causó muchos sufrimientos, pero ella se consolaba en la oración y le devolvió su crueldad con bondad, logrando su conversión a Cristo con el paso de los años.

Tuvieron dos hijos mellizos, Jacobo y Paolo. Un día Mancini —que trabajaba como sereno de la aldea de Rocca Porena y tenía muchos enemigos por sus fechorías pasadas- fue emboscado y asesinado. Una vez viuda, pero aliviada ya que había logrado que Paolo muriera en paz, Rita pidió la admisión al convento agustiniano de Santa María Magdalena, en Cascia (establecido en 1256). Pero no fue aceptada debido a que sólo se permitían vírgenes. Un año más tarde (1417) también murieron sus dos hijos púberes. Fallecieron ambos al mismo tiempo, de muerte natural. Rita los había preparado plenamente para encontrarse con Cristo. Con un amor heroico por sus almas, le había suplicado que ambos adolescentes murieran, porque temía que estuvieran planeando vengar el asesinato de su padre (la ley de la vendetta). Habrían cometido así el pecado capital de la venganza, lo que hubiera condenado sus almas eternamente. Ambos se enfermaron y murieron, también pidiendo perdón a su madre por todos los dolores que le habían causado.

Ya sin obligaciones familiares, Rita fue aceptada en el convento, recibió los hábitos de monja, y más tarde realizó su profesión de fe. Tenía 36 años. En el convento, Rita se entregó a una vida de oración y penitencia.