Tiempo Santa Lucía

13 febrero 2016

Zona Zafari: Pesca con el Pato Triay




Un representante de la Revista Zona Zafari estuvo en la localidad de Santa Lucía con la finalidad de disfrutar de uno de los atractivos turísticos de la zona; La Pesca. Acompañado por el guía de pesca "Pato" Triay se recorrió el Paraná, publicando luego una crónica de lo vivido, la cual se ofrece a continuación.

"En esta oportunidad decidí visitar un lugar ya conocido pero que no deja de ofrecerme buena pesca, la localidad de Santa Lucía, ubicada a 194 kilómetros de la capital correntina, rodeada por un río con el mismo nombre y el caudaloso río Paraná. Se convirtió en uno de mis sitios preferidos para pescar por la calidez de su gente y por jamás fallarme como lugar de pesca. Como hace tiempo no iba, se me ocurrió llamar al “Pato” Triay, el guía de pesca de la zona, conocido y amigo, al que propuse participar de la nota y así coordinamos para realizar la misma.

Emprendí el viaje esperando excelentes resultados porque es a lo que el pesquero me tiene acostumbrado. Sin embargo, la creciente que afectaba al río Paraná en los últimos días abría paso a la duda, provocando importantes movimientos en el agua que, por supuesto, modifica el pique. Así que nos esperaba una impredecible jornada.

Llegué entrada la noche, me acompañaba un cielo cubierto de estrellas, de esos que quedan después de una larga lluvia, como había ocurrido ese día hasta las horas de la tarde. Me recibió el Pato, quien me condujo hasta la cabaña donde nos albergaríamos, para ello recorrimos 10 kilómetros desde el centro de Santa Lucía por caminos arenosos, rodeados de quintas con plantaciones de tomates y morrones, típicos del lugar, tierra de horticultores.

Las cabañas se encontraban en la quinta de Marcos Piazza- amigo del Pato-, a orillas del río Paraná, rodeadas de puro espacio verde con algún que otro árbol desparramado por el terreno. El aire fresco del río y del campo fue suficiente para sentirme bienvenido.

Las cabañas están ubicadas a 50 metros de la costa con una espectacular bajada de lanchas, pero es exclusivo para los amigos de Marcos, que forman una barra pesquera con personas de Santa Lucía, Lavalle, Bella Vista y Goya, llamados “Los Hincadores Virtuales”. El curioso nombre tiene su origen en la acción de pescar “picar” o “hincar”, y “virtuales” porque por lo general no pescan nada sino que se reúnen a comer asado, tomar vino y hablar de pesca. Así que sólo las personas que integran este grupo y los amigos cercanos son los privilegiados del uso del lugar.

Una vez dentro de las cabañas, que por cierto eran muy cómodas y limpias, cenamos algo liviano, porque a la mañana siguiente muy temprano estaríamos río adentro buscando grandes
El despertador sonaba y sonaba desde las 5, hasta que por fin siendo las 6 de la mañana nos decidimos a levantarnos, y 15 minutos más tarde ya estábamos con el agua lista para el mate porque según el Pato el mejor pique se da en las primeras horas de la mañana. Salimos de la cabaña y contemplé el sol aun tímido asomándose, tanto los amaneceres como los atardeceres son maravillosos en Santa Lucía.

Junto con el Pato, nuestro guía, nos acompañaban dos entrerrianos -amigos del Pato- provenientes de la ciudad de Viale: Fernando Hilfer, un gran conocedor de la pesca, quien realiza esta actividad en la zona de Las Cuevas, entre Diamante y Victoria; y Flavio Bolzan, que toma la pesca como un medio para estar cerca de la naturaleza, el calor y el agua, es un excelente acompañante y un gran cebador de mates.

Ya estábamos a bordo y listos para navegar. El tiempo era sumamente agradable, la temperatura era de 22 grados, sentíamos leves brisas del Este que provenían desde la tierra hacia el río, llevamos puesto abrigos porque además la velocidad leve de la lancha nos hacía sentir un poco de frío. La zona de pesca de Santa Lucía se caracteriza por estar rodeada de altas barrancas, que funcionan como un murallón de contención, ya que una vez en el agua el viento se desplaza por arriba y no impacta sobre ella. Hacia la costa santafesina el viento empieza a tocar agua levemente y poco a poco hacerse sentir.
Recorríamos el río sobre una embarcación amplia tipo tracker con comando central, es decir que el timonel no va hacia la derecha de la misma como comúnmente poseen, lo que permite mejor control visual de donde se está navegando.

Mientras nos dirigíamos hacia el sitio de pesca, nos veíamos rodeados de barrancas altas, hermosas, majestuosas y coloridas. Me recordaba a la Expedición Mesopotamia que hice desde las Cataratas del Iguazú hasta Tigre, donde ya me pareció que esta zona es la más espectacular e imponente; con sus variadas tonalidades es una belleza plenamente natural, que nace aguas abajo de Bella Vista y termina en Lavalle.

Altísimas barrancas que se van erosionando constantemente por efecto de la lluvia, que las va desmoronando y así van cayendo terrones gigantes a la costa, que a su vez descubren tierra nueva con colores brillantes, intensos rojos y amarillos, son impresionantemente bellas.

En esta zona se destacan puntos pesqueros como “Punta Cuevas”, “Ita Sirí”, “Punta el rubio”, entre los más destacados, que poseen correderas ideales para pescar con carnadas, con señuelos y con mosca. Por lo tanto, Santa Lucía es un lugar fascinante por sus paisajes y por su pesca.

Sin embargo, desde Bella Vista hasta Santa Lucía o Lavalle la distancia es grande por agua, unos 40 km, por lo que muy pocos pescadores se animan a navegar por estos sitios ya que no hay servicios cerca y se necesita mucho combustible. Sólo algunos oriundos de los alrededores salen a la pesca por estos lugares.


Ya completamente dentro de aquel paisaje de barrancas y ríos, la temperatura del agua era cálida, de 26 grados aproximadamente. La veíamos muy limpia a pesar de la creciente que ya hace días afectaba al Paraná. Llegamos al lugar elegido donde se sumaban a nuestro espectáculo unas pocas islas, algunas nuevas; árboles de sauce que transmitían quietud y calidez. Nos encontrábamos completamente inspirados para comenzar con lo nuestro, y a pesar de que el día anterior escuché comentarios referidos a que nos esperaba una pesca poco exitosa, estaba seguro de que íbamos a encontrar los peces significativos del lugar, unos hermosos dorados y algún que otro surubí, porque además estábamos con el Pato, genio de la pesca.


Nuestros pescadores contaban con los siguientes equipos: el Pato tenía una caña de 2,10 m, de 15 a 30 libras, con un reel Abú García 7000 cargado con nylon de 0,50, un líder de acero de 40 cm, un plomito de 15 gr, anzuelo nº9 Mustang; y Fernando una caña de 2 m, Marine Sport Contender de 12 a 30 libras, el reel Abú García 5500 con nylon 0,43, más fino que el del Pato. Flavio con el mate y yo con mi cámara.

Nos encontrábamos al inicio de la actividad en “Punta El Rubio”, entusiasmados por aprovechar que los peces habían pasado la temporada del desove, tanto el dorado como el surubí estarían muy hambrientos.

Pusimos en marcha la modalidad anclados. Fernando y el Pato tiraron sus líneas aguas abajo, es decir, hacia donde va la corriente. El plomo ayuda a que la carnada vaya bien profunda, 6 metros más o menos. Constantemente hay que mover la caña para que la carnada también se mueva y esto pueda captar la atención de algún dorado. En vano sería tirarla y esperar el pique, así no funciona. Esto fue lo que hizo el Pato y tuvo resultados.

El primer pique, tomó desprevenido al Pato, que de repente sintió un fuerte tirón que llegó a curvar totalmente la caña y cortó la línea en el momento que el pescador pegó el cañazo al intentar clavar el pez, fue una llevada realmente terrible. Esto puede ocurrir por negligencia del guía al no revisar la línea o puede ser que el pez haya sido verdaderamente grande.

No obstante, siendo las 7:05 hs ya teníamos dos dorados de tres kilos más o menos, sacados y devueltos".

CONTINUARÁ